Antes de nada, os recomiendo que leáis, si no lo habéis hecho ya, el post que escribí sobre las diferencias entre el apego y el amor, necesario para entender un poquito más los entresijos de mi cabeza y mi corazón.

He vivido 25 años pensando que el amor era necesario en mi vida y me aferraba a cada pareja que tenía, pero no en modo desesperación, sino en modo romanticismo Disney al 1.000%.

Mi vida cambiaba completamente de cuando tenía a cuando no tenía pareja:

  • Los viajes los realizaba con ella
  • Quedaba menos con mis amigos porque pasaba más tiempo con mi pareja
  • Siempre me quitaba tiempo de mis cosas para dedicárselo al 100% a la otra
  • Me hacía mil planes de futuro en la cabeza
  • Me entregaba a ese amor sin reserva alguna
  • Buscaba hacer muchas actividades con la otra persona
  • Intentaba que me gustasen sus hobbies para tener más cosas que compartir
  • Incluía en mis hobbies a mi pareja

Y un largo etcétera que trastocaba mi vida de pies a cabeza, pero entonces no me importaba porque lo hacía (o dejaba de hacer) por esa persona que era el amor de mi vida, bueno, el segundo amor de mi vida, y el tercero, y el cuarto…

He vivido 25 años pensando que el amor era necesario en mi vida

En las relaciones he sido una persona abierta, he apostado por el diálogo y me he considerado una novia modelo en el sentido de dar todo lo que yo sentía, aunque no recibiese nada a cambio. Sentía que como novia era un sobresaliente. Obviamente la típica novia que la sociedad te dice que seas.

  • No he obligado a nadie a hacer nada que no quisiera
  • No he sido celosa
  • No he impuesto nunca nada
  • Nunca he prohibido nada
  • Siempre estaba ahí cuando se me necesitaba
  • He apoyado en todas las situaciones
  • Escuchaba
  • Ayudaba
  • He perdonado, y mucho
  • He sido detallista y romántica…

Mis relaciones de pareja se han basado en los pilares de mi personalidad: Lealtad, Sinceridad, Coherencia y Diálogo.

Parece el eslogan de un partido político, pero para mí era necesarias:
La lealtad hacia la otra parte para sernos fieles y tratarnos con respeto,
Ser sincero, tanto con lo bueno como con lo malo,
Coherencia: hacer y decir lo mismo para evitar malentendidos, dudas, etc y por supuesto
Dialogo, hablar: Hablar de presente, de futuro, de dudas, de sexo, de familia… De cualquier cosa. Si se era capaz de compartir cualquier pensamiento, el resto iba rodado.

Por ello, me sentía una pareja de 10. Una novia que solo buscaba dar y mejorar para seguir dando más y más en función de las necesidades de mi pareja.

Pero, aun así, todas mis parejas se fueron de mi lado.

Resumen de mis relaciones

No entendía por qué siendo tan buena con mis parejas ninguna me duraban ni me hacían sentir feliz del todo si siempre daba más y más de forma totalmente altruista, por placer de dar y ver a la otra parte feliz. ¿Qué hacía mal? ¿Era mi personalidad? ¿Era mi físico? ¿Qué estaba mal en mi?

Haciendo un repaso, mis relaciones se basaban en:

  • Me olvidaba de mí: En el sentido de dejar de hacer cosas que me gustaban por hacer cosas con y para la otra persona.
  • Siempre daba más y más, me superaba cada día lo que generaba esa rutina del dar sin recibir. Lo normalizaba.
  • Mis parejas no valoraban mi esfuerzo y dedicación hacia ellos.
  • Como normalicé el dar sin pedir nada a cambio, por su parte hacían menos aún.
  • Siempre se hacía todo juntos: Todos los planes, quedadas, viajes, etc se hacían juntos.
  • Al no valorarme ni yo ni ellos, mi autoestima cada vez era inferior. Por lo que la sensación de no ser digna de esa pareja iba en aumento y me costaba cada vez más cortar la relación.
  • La preguntas que puse un poco más arriba me las hacía constantemente, pensando que el problema del fracaso, era yo.

Llevo ahora 4 felices años sin pareja y la verdad es que no me acuerdo de todos los detalles en los que se basaron mis relaciones, pero lo que sí tengo claro es que lo hice mal. Yo lo hice mal.
Puede que mis parejas pudiesen haberlo hecho horriblemente mal también, pero es que sus actos no me conciernen. Yo solo soy dueña de los míos, que son lo que puedo criticar, cambiar o reafirmar.

¿Qué hice mal?

No mirar por mí. No quererme lo suficiente. Priorizar a la otra persona. No poner límites (o ponerlos muy tarde).

La percepción que tenía de las relaciones estaba basada en el apego. En una relación Disney y por eso yo lo dejaba todo a expensas de ese amor idílico y único formando un círculo vicioso de necesidad y miedo, combinado con un falso sentimiento de amor puro.

Sí que es cierto que amaba a mis parejas pues siempre he querido lo mejor para ellas y por eso me entregaba tanto, sin hacerles putaditas ni venganzas. Pero no era un amor sano en absoluto. Yo me hacía daño y no me respetaba a mí misma.

Mi experiencia con todas estas relaciones fallidas, además de las clases de meditación y reflexión me han hecho cambiar, y ahora veo las relaciones de una forma totalmente distinta a la socialmente aceptada pero individualmente dañina.

Actualidad

Ahora mismo, concibo las relaciones como una compañía. Yo hago mi vida y si la tuya sigue el mismo camino, podremos caminar juntos.

“Tu no me perteneces, tan sólo me pertenece lo que sientes por mí”

Esto significa, que será mío aquello que quieras darme y será tuyo lo que yo quiera darte. Pero nada más. Sin imposiciones, sin prohibiciones, sin sufrimiento.

Ahora soy yo la que se dedica el 100% y si me sobra porcentaje, se lo dedicaré a mi pareja. He entendido que, como yo, no me va a querer nadie en mi vida y que la única persona que me acompañará hasta el día en que me muera seré yo.

Por tanto, si no me cuido, si no dedico tiempo para cultivarme física y mentalmente, si no apuesto por mi crecimiento, por mis metas PROPIAS y objetivos. NADIE lo hará por mí.

  • Nadie leerá por mí.
  • Nadie hará ejercicio por mí.
  • Nadie estudiará por mí.
  • Nadie luchará por mi futuro por mí.
  • Nadie pogresará profesionalmente por mí.

Y así un largo etcétera que te dice, te grita que o miras por ti, o sacrificarás muchas cosas. Aquel que quiera compartir mi vida tendrá que hacerlo sabiendo que NUNCA será mi primera opción, ya que esa seré yo y mis principios.

Puedes pensar ¿egoísmo? no, es amor propio.

Tampoco entendáis esto como que yo haré mi vida sin que el otro me importe. No.

No significa que si mi pareja necesita mi ayuda, no se la dé, o que no tendré detalles amorosos con él o no buscaré pasar tiempo a su lado. Recordad que concibo el amor como desear lo mejor a la otra persona, pero eso sí, sin que me perjudique.

Si me dice que ha matado a alguien y necesita que le encubra, seguramente no lo haga. El amor no puede luchar contra mi integridad, mi ética y mi moral. Pero si me pide quitar mi serie favorita para ver la suya pues seguramente lo haga.

Sé que son ejemplos dispares, pero la esencia es que concibo a la pareja como un amigo, un compañero al que tenderé la mano siempre que pueda y lo necesite, pero solo la mano, ni el brazo, ni la pierna, ni la cabeza.

Alma libre vs relación tradicional

Además de todo esto respecto a los sentimientos, también discrepo sobre las metas vitales que la sociedad y tradición nos ha impuesto a nivel personal y de pareja. Parece que para cumplir como persona debes de seguir unos pasos:

  1. Encontrar una pareja para siempre
    Para mí sería ser compañeros lo que dure nuestro viaje en común.
  2. Casarse
    No creo en el matrimonio, y a no ser que lo necesitase por alguna razón (si muero que mi pareja reciba algo, etc) no tengo pensado casarme.
  3. Comprar y compartir casa
    En mi opinión, mi pareja podría vivir en su casa y yo en la mía. Es más, valoro muchísimo mi privacidad y mi soledad. Ahora mismo no me veo compartiendo casa con nadie.
  4. Tener hijos
    Yo no quiero hijos. Gatos y perros bien, incluso una cabra y un burro. Pero hijos no, gracias.

Veo a todo mi círculo de amigos siguiendo estos pasos y yo me veo muy al margen de ellos, tengo una percepción muy diferente de lo que quiero en mi vida y para mi vida, de lo que quiero que sean mis logros vitales. Quiero viajar, no quiero ataduras ni responsabilidades, quiero ser tan libre como me permita esta sociedad y tener hijos, por ejemplo, es completamente lo contrario a mis deseos y planes.

Sé que mi visión es poco común y poca gente la comparte, pero sí que veo cada vez más extendido ese interés de pensar en uno mismo y de rechazar la idea tradicional del amor Disney y el desarrollo individual ligado al de la pareja, a veces, incluso, abandonándose a la misma.

Conclusión

Para mí, una pareja es un amigo, un muy buen amigo con el que compartiré todo aquello que yo quiera y él me deje compartir y viceversa, de forma sincera y queriendo lo mejor para mi, para él y para nosotros. Siempre. Hacernos brillar y sobresalir, una relación que sume.

Las bases de este amor son:

  • Amor propio
  • Sin etiquetas
  • Compartir ideas, tiempo, experiencias, intimidades
  • Respeto de la esfera privada y pública, así como las decisiones de la otra parte
  • No prohibir, no cohibir, no dañar
  • Siempre crecer, siempre sumar

Y en el momento en que esta situación sea dolorosa para alguno, entonces será que alguien no tomó la salida que le correspondía en su viaje que es la vida y se forzó a seguir unos pasos que no eran los suyos. Sin apego, las despedidas solo serán una gran satisfacción de ver a tu amigo/amor seguir su camino hacia la felicidad. Y por tanto, será una felicidad compartida.

Todo tiene un inicio y un final y hay que ser realistas con esto. A veces las relaciones duran semanas, meses, años o toda la vida. Al final durará lo que tenga que durar, pero que sea sin presiones, sin forzarlo y por supuesto sin sufrir.

Una relación está para ser feliz, la vida ya te da palos, pero muchísimos palos, por eso no deberíamos llenarnos los bolsillos de piedras cuando queremos volar, ni complicarnos la existencia con una pareja que te pone más trabas y más problemas.

Hay que saber decir no, sea quien sea tu interlocutor. Piensa en ti y en si te beneficia y acertarás.

Comentaros que desde que tengo esta visión, soy más feliz. Mi vida no depende de nadie mas que de mí misma y mis decisiones. No vuelco mis necesidades en otra persona y por ello puedo ser yo al 100%.

De ahí que sea tan importante el saber estar sólo. Sabrás conocerte y sabrás cómo quererte. No necesitarás que nadie más lo haga, eso sí, todo aquel que te quiera a mayores y te brinde apoyo, compresión, te ayude y comparta contigo, será un plus más que bienvenido.

Sabrás conocerte, sabrás cómo quererte y cómo quieres que te quieran

Pero obviamente, no será la única fuente de amor.

Temas sobre los que reflexionar

Mientras estuve en mis relaciones había cosas que me repetía varias veces como si fuese un mantra y no sé si tú también te las repetirás:

  • ¿Merece la pena?

Esta pregunta me la hacía a mí misma y me la hacían familiares y amigos. Si te preguntas esto, sabrás que la respuesta inmediata es un NO, si decides continuar, es por la ilusión de un futuro en el que toda esa pena sufrida acabe en algo positivo y al final «merezca la pena». Si te digo la verdad, la estadística no juega en tu favor.

  • ¿Cambiará?

Si te haces esta pregunta mi consejo es que dejes a tu pareja. ¿Quieres cambiarla? ¿De quién te enamoraste, de su versión real o la que te montaste en tu cabeza?

Si te preguntas si cambiará o no es porque no estás a gusto con la persona que tienes a tu lado actualmente. Y posiblemente no estés enamorado/a de esa persona, sino de la que a ti te gustaría que fuese. Por tanto, la respuesta es NO, no cambiará. Él/ella es de la forma que es. Si no te gusta no te compliques la vida y pasa página.

  • No es tan importante

Ese mantra por cada decepción, detalle negativo, planes cancelados no compensados…
Si estas palabras “bah, no es tan importante” son las que más te repites, desde ya te digo que no merece la pena. Esa frase pretende quitarle hierro al asunto porque realmente un hecho aislado no es tan importante en tu vida, pero en conjunto es un continuo desprecio y falta de amor. Por tanto, si tienes dudas, te aconsejo que escribas en un folio cada detalle o acto que te ha hecho repetirte esa frase y verás después de unas semanas la cantidad de desprecios que estás pasando por el aro, por encima de tu autoestima, de tu amor propio, ninguneándote e infravalorándote y eso SÍ que es importante.

2 comentarios

  1. Este artículo es lo más espectacular, verdadero y todos los adjetivos positivos posibles.
    Una descripción exacta y perfecta de la realidad que he aprendido un poco tarde en la vida. Gracias por compartirlo.

    1. Muchas gracias no solo por dedicar un poquito de tu tiempo a leerme sino también por el mensajito 💙💙
      Me alegra que te guste mi reflexión, y créeme, nunca es tarde para aprender a querer y quererse. No es algo que nos enseñen y por tanto nos toca vivirlo, así que me aleghra que, dentro del dolor que muchas veces es el detonante de este cambio de mentalidad, hayas abrazado la realidad y puedas valorar libre de apegos.

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